San Willibrord

Nací en el noreste de Inglaterra en 658. Mi padre ingresó en un monasterio y a los 20 años yo también vestía el hábito religioso. Fui a Irlanda a buscar la perfección bajo las instrucciones de San Egberto. A los 30 años, me enviaron a predicar la fe en Frisia, en lo que hoy son los Países Bajos. Fui a Roma para pedir la bendición del Papa. En mi segunda visita a Roma, el Papa me ordenó obispo de Utrecht, donde establecí mi residencia, construí una iglesia y fundé escuelas. Para descansar de mi trabajo misionero, fundé la abadía de Echternach, en Luxemburgo. También prediqué en Dinamarca, mientras reinaba un rey cruel. Fui obispo durante más de cincuenta años y morí tras una larga vida de vivir y compartir el Evangelio.