Santa Catalina de Siena

Nací en Italia, en 1347. Desde temprana edad, me encantaba orar. A la edad de siete años, ya sabía que quería permanecer casta y sin casarme. Mis padres querían casarme a la edad de 16 años, pero me negué firmemente. Me convertí en dominica laica (terciaria) y viví una vida de oración y meditación. Durante mi vida, ayudé a prisioneros, trabajé en hospitales para cuidar a los enfermos y cuidé a los pobres. Le dije a la gente que creciera en santidad a través de sus palabras, acciones y elecciones. Cuando tenía 20 años, fui llamada por el Señor a una vida más pública y establecí correspondencias con muchas personalidades influyentes, incluido el propio Papa.