San Víctor de Damasco

Yo era soldado del ejército del emperador romano y estaba destinado en Damasco. Me hice famoso por mi fe inquebrantable. Al final, esto me llevó a la muerte, porque mis torturadores siguieron utilizando métodos más terribles mientras intentaban hacerme renegar de mi fe en Jesús. ¿Cómo iba a hacerlo? No querrás conocer los detalles de mi martirio. Fui azotado, cegado y torturado de la manera más cruel. Después de los azotes, Sebastián ordenó que me sacaran los ojos. Santa Corona me animó a permanecer fiel hasta el final. Cuando elevó su voz en oración, supe que no estaba solo en mi sufrimiento. Durante la oración vio caer del cielo dos coronas: una para mí, otra para ella. Tras este acto público de fe, ella también murió como mártir.